En Peimbert, celebramos a las mujeres que trabajan y al mismo tiempo siembran valores, cosechan amor y riegan sueños desde el corazón de sus hogares.
Ser mamá y trabajar es como cuidar un campo fértil: requiere tiempo, paciencia, dedicación… y mucho amor. Cada día, ellas se despiertan antes de que salga el sol, como quien prepara la tierra para una buena cosecha. Empiezan su jornada alistando a los hijos, atendiendo pendientes, y después salen a trabajar con la fuerza y la determinación de quien sabe que su esfuerzo da frutos.
Las madres trabajadoras son como agricultoras de la vida: cultivan con ternura, podan con sabiduría, y alimentan con el alma. En cada palabra de aliento, en cada platillo que preparan con prisa pero con cariño, hay semillas de amor que germinan con el tiempo.
En su hogar, riegan la confianza.
En su trabajo, siembran compromiso.
Y en sus hijos, cultivan sueños que florecen gracias a su guía y dedicación.
Este Día de las Madres, queremos reconocer a esas mujeres que cosechan futuro. Que aunque estén cansadas, siguen arando su camino con dignidad y amor.
Gracias por cada madrugada, por cada entrega, por cada lección.
Gracias por ser como la tierra fértil que da sin esperar, que sostiene, que nutre.
¡Feliz Día de las Madres!
